Del sindicato revolucionario y de sus funciones
El organismo que en la sociedad socialista
ácrata mejor puede asegurar la organización del trabajo y su función,
es el sindicato de característica sindicalista revolucionario,
constituido por los trabajadores libres de la industria, del campo, de
la mina, de los laboratorios, de los centros de investigación y rebusca,
los de especialidades técnicas. Los sindicatos, agrupados por ramos e
industrias, en federaciones locales, comarcales, regionales, nacionales e
internacionales y administrando directamente, bajo su responsable
control, fábricas y talleres, campos, minas, marinas, institutos
científicos y tecnológicos, son organismos aptos para asegurar la
producción de todos los artículos y cosas indispensables a la sociedad y
a sus componentes, a tenor de las necesidades que se hagan sentir y se
presenten, persiguiendo el objetivo de crear la abundancia con la
aportación de cada uno al esfuerzo común, según sus fuerzas y
capacidades y sin explotación de nadie ni privilegio alguno. Todos los
recursos materiales, económicos y técnicos, los artículos
manufacturados, los productos agrícolas, ganaderos, de pesca, etc.,
habrán de considerarse y ponerse a disposición común, por medio de los
organismos adecuados y más idóneos, para la distribución, el cambio y la
repartición más equitativa.
Las Federaciones de sindicatos podrán formarse por categorías de
producción, ya sea industrial, campesina, etc., o de servicios públicos,
correos, comunicaciones, transporte y demás.
La revolución social, con la desaparición de la burguesía y de las
estructuras capitalistas y autoritarias, deberá establecer una nueva
ordenación económica, que implicará necesariamente otras modalidades de
trabajo, reajustes de fabricación, reconversiones profesionales,
especialidades distintas de la producción.
Los sindicatos por profesión o industria tampoco habrán de disponer de poder político ni de propiedad de fábrica, de maquinaria o de productos elaborados. El propietarismo corporativista tampoco hay que dejarle tomar raíz en la sociedad anarquista o comunista libertaria.
La autogestión ha de tener por base asegurar la mejor y más racional organización del trabajo y la función de producción, controlados por un elevado sentido de responsabilidad individual y profesional consciente y voluntario.
Los comités o comisiones de autogestión de fábrica, empresa, taller o colectividad productora serán nombrados directamente por el propio personal ocupado en las mismas, estando sujetos a renovaciones periódicas y siendo revocables.
El burocratismo debe desterrarse de los comités y de todas partes. Al mismo personal técnico o calificado en especialidad, no ha de conferírsele en ninguna circunstancia, categoría de mando.
Nos manifestamos contrarios a admitir el principio de todo el poder a los sindicatos, como el de concederlo, de dirección-mando, a cualquier persona técnica o especializada, encargada responsablemente de un trabajo, quien deberá considerar a los demás trabajadores en un plano de igualdad moral y efectiva, como hombres y como productores, cooperando en las labores de una empresa común al servicio del bien general.
Distribución y consumo
El fin de la organización social que defendemos y preconizamos, no debe ser el beneficio o el provecho industrial o comercial, manipulado o monopolizado por un grupo, clan, entidad u organismo cualquiera, sino el bien común, dentro de la Federación o Asociación de Comunas libres y solidarias.
Por otra parte, entendemos que las formas y mecanismos económicos de la sociedad anarquista no deben encajarse en una rígida armadura, en un régimen monolítico y de estructuras inamovibles.
Respetando el principio fundamental de no explotación del hombre por el hombre, de comunidad de riquezas, bienes, tierras, máquinas y productos, todo ha de ser puesto a la disposición y consumo y utilización individual y común.
Y así la libertad, el pan, la cultura y la independencia dentro de la unión y solidaridad quedarán mejor garantizados y asegurados para todos.
La distribución general coordinada y al detalle de productos agrícolas y manufacturados podrá ser asegurada por las asociaciones o federaciones de consumidores, a base de almacenes de abastecimientos y suministro al por mayor, donde los sindicatos de producción y colectividades podrán suministrar y depositar los productos, y por medio de las cooperativas de consumo y de los economatos o centros calificados para la distribución al detalle, exentos de todo mercantilismo.
Administración
Base de la nueva sociedad: la Comuna libre
La piedra angular o célula viviente de la nueva organización social libertaria, para nosotros, además del individuo, del grupo, de la colectividad, del sindicato es la Comuna libre.
La Comuna libre, constituida por todos y cada uno de los ciudadanos, puede tener la función de coordinación social general, en el aspecto simplemente administrativo; no de poder o institución política sino de servicio social, en el plano territorial local. Sus funciones deben ajustarse a aquellas resoluciones y decisiones que las propias asambleas libres comunales hayan tomado de consenso mutuo. De la organización comunal ha de desterrarse todo autoritarismo y toda burocracia.
Las federaciones comarcales, regionales y
nacionales de Comunas libres podrán constituirse en el plano general de
un país o zona geográfica y étnica determinada, y confederarse
internacionalmente.
La Comuna no debe concentrar en sí el poder político, y menos militar,
que debe éste igualmente desaparecer en absoluto. Ni siquiera poder
revolucionario. Todo poder político ha de ser abolido y nadie debe
ejercerle. Tampoco debe haber en la Comuna propietarismo económico, que
haga de su término geográfico e histórico un coto cerrado o un feudo.
Toda Comuna debe estar abierta a la solidaridad, practicarla y
recibirla, basándose en el principio de que toda riqueza natural o
creada o fabricada, todo producto, utillaje o bien material, es
patrimonio común y permanece a la disposición de todos, siendo su
usufructo regulado por las normas colectivas libre y voluntariamente
establecidas.
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